Lydia es delicada, amable, superintuitiva. Al minuto uno te pone en una condición de total relajación y felicidad, lo que es fundamental para quien te tiene que cuidar en un momento con tantos nervios y emociones como el día de tu boda. Es capaz de entenderte como persona y con su arte hacer brillar tu alma. Lydia entiende lo que quieres escuchándote y lo adapta a lo que es mejor para ti con una técnica y una manualidad que es perfecta para quien normalmente no se maquilla.